Fase REM
Se acostó inquieto.
Por la mañana, al abrir los ojos, quedó nuevamente sorprendido. Su piel todavía
olía a salitre y sus zapatos conservaban rastros de arena. Tenía un vago
recuerdo de lo que había hecho ayer, y solo de pensar en ello le venía la
náusea envuelta en culpabilidad. Se adentró por aquel callejón oscuro de la
memoria; debía esclarecer lo ocurrido y quedar libre de pesadillas. Pero cuando
el día tocaba a su fin, seguía acosado por la sospecha.
Se acostó inquieto.
Un rayo de luz procedente de la ventana incidía en sus ojos. Cuando abrió los
párpados quedó totalmente deslumbrado. Un fuerte estruendo precedido de un
agudo fulgor, es lo último y lo único que recordaba del día anterior. Debía
recomponer los hechos que le habían llevado hasta allí, y comprender lo que de
verdad había ocurrido. Intentó hilvanar retazos inconexos de la historia sin
lograrlo. Al cabo del día se sentía descorazonado.
Se acostó inquieto.
Un sobresalto le sacó de la cama cuando la luz de la mañana intentaba colarse
en el cuarto. El revoltijo de sábanas evidenciaba una noche agitada. La camisa
con los puños ensangrentados que aparecía en el suelo ni siquiera era suya. No
había nada claro. Se había propuesto recorrer los escenarios del día anterior,
sin embargo no acertaba a orientar un comienzo. Imprecisión tras imprecisión le
conducían a ninguna parte. Otro día perdido.
Se acostó inquieto.
Todavía estaba algo oscuro cuando su pie derecho tanteó el suelo e impulsó su
cuerpo para sentarse en el borde de la cama. Había sentido un ruido y
permaneció atento. El silencio se extendía por la habitación como un pesado
manto. Al girar su cabeza, descubrió un papel descuidado sobre la mesilla.
Aquel mensaje no terminaba de dar luz a sus pesquisas. Quiso incorporarse,
cuando observó algo camuflado en las sombras. Un rápido movimiento, un perfil
metálico, y un fogonazo iluminó la habitación. Su cuerpo se desplomó sobre la
cama.
El beso en la
mejilla envuelto en aliento cálido le despertó a un día que prometía todo su
esplendor. Ella le contemplaba amorosa.
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